miércoles, 19 de diciembre de 2012

La pirata



      Atravesó los mares hasta llegar a ese lugar. En su anterior vida, había sido una pirata con ojo de palo que coqueteaba con las aguas profundas de ese largo océano, que atravesaba en su barco de polizón. 
      Una noche el océano le atrapó; le enredó en su marea y le susurró: “Llevarás mis ojos”. Desde aquel momento, su mirada se tornó en un azul intenso. Cuenta la leyenda que quien ve sus ojos, conecta con aquel océano, lleno de tesoros ocultos en las profundidades que acarician las  olas. Solo los que saben mirar bien, comprenden su alma pirata que se esconde entre sus cejas oscuras que dibujan aquellos tesoros ocultos entre las rocas.
         

La bicicleta y el viajero




     La bicicleta azul metálica esperaba para rodar su nueva vida . El caminante preparó su equipaje y se dijo: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” y colocando el sillín de su amiga le susurró :“Todo comienza por un sueño, estas dos bolsas amarillas  llevarán mi vida en este  viaje".

    La bicicleta y él emprendieron la travesía, cruzaron muchas fronteras; dejando la huella de su rodaje. El caminante descubrió con su bicicleta lo que significa ser inseparable. Cada mañana fijaba los ojos en ella, con cariño comprobaba su ropaje, la amistad crecía y a ratos parecía que su manillar le hablaba, “Nunca te abandonaré”: le susurró aquella vez que en el bus la montaba.

    A los pocos meses la bicicleta adquirió la misma forma del viajero, “Dame vida” :le decía bajito a su amigo, "Préstame tus ojos para ver aquellas montañas tan altas”.

     El viajero y la bicicleta no entienden de destinos, siguen los pasos de la belleza que recorren juntos en aquellas noches estrelladas.

Mares Gaia



      

Lejos del mar pasaba horas con él; fantaseaba con su horizonte y sentía que aquella masa de agua profunda le observaba donde estaba. Sentada junto a él, todo iba y venía y le dijo “Tú eres movimiento: tu traes movimiento a la vida”.

     Creando un puzle, observó como todos los mares juntos, fragmentados, liados; y enredados coqueteaban con aquellos pedacitos de tierra, minúsculos; comparados con su totalidad. Pensó que los mares conocen todo acerca de los seres que habitan en la tierra.

     Los mares cuidan de la tierra, bañándola de eternidad. La tierra  no existiría sin mar; el mar entristecería sin una tierra que acariciar. Ambos se unen y se complementan. Los mares son la Gaia, la Gaia el mar. Mares Gaia, la unidad
                                                                            

El quetzal




     Y remontó su vuelo a otros lugares donde los humanos esperaban su visita. Voló lejos con sus plumas que antes eran grises. Se posó  en la cima de un árbol, desde allí observó el mundo y pensó:" Este mundo es hermoso pero necesita más color". En aquel momento sus plumas adquirieron una mezcla de colores nunca vistos, su cabeza se fundió con el arco iris y el ave remontó el vuelo.

El vuelo del quetzal inunda de color el cielo. Por donde pasa un quetzal pasa un sueño. La vida de los que se encuentran con él se llena de luz. Sus ojos son una puerta para ver las estrellas, mirar sus ojos, es mirar el infinito

La tierra encantada





Donde el aire fresco vuela con libertad y las nubes navegan con el  viento de la mañana
Donde el silbido de los pájaros despierta a los que habitan en sus casas con vistas a la montaña
Y aún vive la solidaridad, la esperanza
Donde la leche  tiene el sabor de vaca ordeñada 
Y los niños juegan sin engancharse a teles estropeadas
Donde las niñas  sienten que están en una tierra encantada
Y los gallos danzan felices, vaporeándose entre los árboles que llenan las montañas
Donde un tigrillo construye su casa mientras observa una mariposa agazapada
Y los helechos cobijan a los duendes y gnomos que duermen en las noches estrelladas
Donde el tiempo se para cuando la belleza asoma en la ventana
Y el dinero no compra  la luz de un dios que se ve y se palpa
Donde el verde colorido y profundo te encoge con un nudo en la garganta
Y hay más  orquídeas que colores para dibujarlas
Donde las abejas viven enamoradas
Y los horneros anuncian la mañana
El lugar existe, no es un cuento de hadas
Se llama Intag, donde las personas luchan contra la maldición de la abundancia

La mariposa eclipsada




Dicen que algunas mariposas vuelan junto a la luna, y que en las noches donde el sol quiere conquistarla, se colocan entre ellos  moviendo sus alas en la oscuridad cerrada.
Algunos escritores han recogido el relato de la mariposa eclipsada: ”Yo volé junto a la luna acariciando su tez dorada, viví junto a las estrellas que dan luz cuando el cielo se opaca; llevé las melodías que se cantan en la tierra por la mañana. 
   Quedé hipnotizada de la luna que tan suave habla y por querer tapar al sol llevo un eclipse en mis alas. Quien me ve, siente que su vida cambia, se llena de magia; como las noches en las que el sol quiere conquistar a la luna que brilla dorada".
         

Diàlogos con el cuenco tibetano








          Aquellas palabras viajaron largo tiempo hasta llegar a su lado. ¿Qué significarán?: preguntó para sí misma aquella chica de pelo ondulado. "Descúbrelas": dijo el cuenco que se movía de lado al lado. Hazme vibrar despacito y con mi sonido sabrás que significan las palabras que tengo pegado. Vengo de un lugar donde las personas resuenan con mi sonido, que hace vibrar al mundo cuando está apagado; las ideas se convierten en sueños y los sentimientos danzan con el sonido de mi canto. 
"Hazme sonar", repetía el cuenco a la chica que le miraba queriendo abrazarlo. Ha sido larga la travesía pero por fin estoy a tu lado. La chica descubrió su sonido con la madera con la que había viajado desde aquel país lejano. Su sonido le envolvió, hizo  su pelo más rizado. Ahora sé qué significan tus palabras, le dijo la chica al cuenco redondeado; que danzo con el universo que me abraza iluminado.