Lejos del mar pasaba horas con él; fantaseaba
con su horizonte y sentía que aquella masa de agua profunda le observaba donde
estaba. Sentada junto a él, todo iba y venía y le dijo “Tú eres movimiento: tu
traes movimiento a la vida”.
Creando un puzle, observó
como todos los mares juntos, fragmentados, liados; y enredados coqueteaban con
aquellos pedacitos de tierra, minúsculos; comparados con su totalidad. Pensó
que los mares conocen todo acerca de los seres que habitan en la tierra.
Los mares cuidan de la
tierra, bañándola de eternidad. La tierra no existiría sin mar; el mar
entristecería sin una tierra que acariciar. Ambos se unen y se complementan.
Los mares son la Gaia, la Gaia el mar. Mares
Gaia, la unidad
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